Por entre las calles del pueblo se alzan las flores con gran fervor, con colores tan vivos y brillantes que iluminan todo su alrededor. Las margaritas bailan con el viento, los lirios se abren hacia el sol, los claveles dejan su aroma en el aire, mientras que las amapolas muestran su color. El rojo intenso de las adelfas se mezcla con el rosa de las rosas, y las dalias con sus pétalos gigantes nos muestran su belleza grandiosa. En Genalguacil, las flores son reinas, son un tesoro muy preciado del lugar, y en cada rincón se pueden ver hermosas flores que alegran el caminar. Oh, Genalguacil, tierra de las flores, eres un regalo para la vista y el corazón, pues tus flores son poesía en movimiento, un canto a la vida y a la creación. |
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